Adictos a la escritura: El Fragmento (Lu)

FRAGMENTO:

“Cal dice que los seres humanos estamos hechos de las cenizas nucleares de estrellas muertas. Dice que cuando yo muera, volveré a ser polvo, brillo, lluvia. Si eso es cierto, quiero que me entierren justo aquí, debajo de este árbol. Sus raíces alcanzarán los blandos restos de mi cuerpo. Renaceré como flor de manzano. Caeré en primavera como el confeti y me pegaré a los zapatos de mi familia, me llevarán en los bolsillos, esparcirán mi seda sutil sobre sus almohadas para dormir mejor ¿Qué sueños tendrán entonces?.

ANTES DE MORIRME Jenny Downham.

RELATO:

LA CAMA DE HOSPITAL

Cada segundo transcurre tan lentamente que pesa, cada uno es una carga más y más pesada, mi cuerpo se transforma en acero y plomo, mis músculos se tensan uno tras otro, a la espera, ¿de que?, no lo sé, mi mente aún no lo procesa, pero algo definitivamente se acerca, mi cuerpo lo siente, lo presiente y se prepara, siento como una ráfaga de electricidad descarga contra mi una y otra vez, mi mente trata de protegerse sin éxito, toda barrera es derribada, todo obstáculo vencido y todo se vuelve blanco, nada, un vació como no ha existido antes, simplemente nada.

Abro los ojos sintiendo una delgada capa de sudor frío y viscoso en mi frente, lo primero que veo es una blanca y lisa estructura sobre mi cabeza y de pronto, de golpe, descubro el olor inconfundible y penetrante del antiséptico, conozco muy bien ese olor, lo había identificado desde mi infancia cuando mi abuela se enfermó y estuvo internada en una clínica durante una temporada, es ese tipo de olores que se te marca en la memoria como quemada en la mente y pienso – estoy  en el hospital – al intentar mover mis manos siento todo mi cuerpo desmadejado, me siento en una pesadilla en las que te ves desde fuera, fuera de ti y de tu cuerpo, mientras él se mueve involuntariamente, pero no cedo, vuelvo a pensar – esto no es el final, apenas es el comienzo del final, esto solo puede empeorar, definitivamente va a empeorar; sigo luchando por recobrar el control de mi cuerpo, siento al sudor correr por mi rostro pero ahora por esfuerzo, no por miedo, tras varios fracasos lo logro, empiezo a sentir un leve cosquilleo en las puntas de los dedos, cosquilleo que va recorriendo cada parte de mi cuerpo al tiempo que se convierte en dolor, un dolor punzante y debilitante en todos y cada uno de mis huesos, músculos y sobre todo en mi cabeza, la siento inflamada y sin dirección, como un globo de helio cocido a mi cuello, es entonces cuando me percato de que a mi alrededor hay más sonidos, un pip intermitente y molesto, que me perfora el tímpano cada vez que resuena, también me percato de voces familiares lejanas, no logro enfocar donde pero parece que fuera de la habitación, escucho a mi madre llorando, a mi hermano molesto y a otras voces que no llego a identificar, lo único que logro entender de las conversaciones son palabras como tumor, cerebro, inoperable y muriendo, sé muy bien que hablan de mi, tengo una leve percepción de las malas noticias y lo supe el día que empecé a perder las palabras en mi cabeza o el día que no pude identificar donde estaba, en esas ocasiones pude disimular y continué con mi vida, como si nada pasara, pero dentro de mi sabía que algo no andaba bien por que me sentía una extraña en mi propio cuerpo.

Así que aguzo el oído para saber realmente que anda mal conmigo, quiero saberlo, estoy lista para enfrentar lo que viene, tal y como lo dicen los doctores, por que tengo la certeza de que mi madre y mi hermano no me dirán una sola palabra verdadera, seguramente me mentirán para hacerme sentir mejor, - no hermana, todo va a estar bien, yo soy médico y lo sé todo, los demás son una montón de idiotas que no saben nada y como siempre le creería, siempre he creído  todo lo que mi hermano Ángel me ha dicho, es mi debilidad, por más que sepa que el maldito cielo es azul si él me dice que es verde seguramente le creeré.

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•  Como puede decir que mi hija no se va recuperar, escucho decir a mi madre.
•  Señora hemos hecho todos los estudios posibles y el tumor que tiene su hija es inoperable y no hay nada que podamos hacer.
•  No puede decir así nada más esto, yo soy médico y no han tenido suficiente tiempo con mi hermana para dar esa clase de diagnóstico, exijo ver a otros especialistas, ustedes no tienen ética si creen que pueden dar por finalizada ésta conversación así de simple, están hablando de una vida.
•  Lo sabes Doctor y lo sentimos pero es nuestra opinión, desde luego es libre de hacer lo que desee y llevar a su hermana a donde crea conveniente.

Y así sin más escucho pasos en el pasillo y silencio, silencio que sólo se ve interrumpido por los sollozos constantes de mi madre.

En la suave ensoñación de la soledad todo comienza tener sentido, como el terciopelo de la superficie en la que se encuentra mi cuerpo que me acaricia, este cuerpo ajeno a mi, ajeno al pasado y carente de futuro; de repente el cansancio se apodera de mi, no era el aturdimiento que provocan los medicamentos sino el cansancio normal que produce un arduo día de trabajo o un largo día de diversión, así que con el sentimiento del fin en el pecho cierro una vez más mis ojos y dejo que el flujo del sueño me atrape para encontrarme en el más dulce de los sueños.