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viernes, 23 de diciembre de 2011

Adictos a la escritura "Versionando la Navidad" (Li)


Saludos blogueros. Ha llegado el día de subir mi proyecto de Adictos a la escritura. Se trata de versionar la navidad, así que podíamos escribir lo que quisiéramos sin salirnos de ese aspecto navideño. Estuve a punto de no escribir nada este mes, pero hoy tuve mi momento de inspiración y pues aquí les dejo mi relato. Espero que les guste y como siempre estoy atenta a sus comentarios; pero antes de despedirme les deseo una "Feliz Navidad".


EL MEJOR DE LOS REGALOS
En una noche fría de invierno un hombre avanza lentamente por la plaza de la ciudad. La nieve que cubre las calles atenúa el sonido de sus pasos. Los copos caen apaciblemente, arremolinándose a su alrededor. La gabardina que cubre su cuerpo se nota húmeda y la bufanda que lleva en su cuello corre libre a compás del viento. Siente como la nostalgia de la época comienza a invadirlo y aprieta sus párpados fuertemente tratando de ignorar sus pensamientos.
Un bullicio general lo rodea. La algarabía de la gente con la que se cruza no lo contagia. Busca un poco más de tranquilidad y desvía la mirada cada vez que sus ojos se topan con los escaparates de las tiendas. Tanto ajetreo lo hace sentirse más solo. A lo lejos alcanza a distinguir un árbol navideño que se alza majestuoso con sus luces multicolores en el centro de la plaza. La estrella que adorna su cúspide lo distrae por un momento y baja la guardia. A su mente acuden veloces recuerdos que le producen sensaciones agridulces. Avanza ahora con más rapidez y cruza la calle antes de que las lágrimas surquen sus mejillas.
Sin pretenderlo centra su atención en el escaparate de una juguetería. Un niño de unos cinco años tiene la cara pegada al vidrio, observando sorprendido como un tren de juguete hace su recorrido. Cuando sus miradas se cruzan, el niño le obsequia una sonrisa. Con los puños cerrados y un nudo en la garganta él sigue su camino, pues ha olvidado como devolver hasta el pequeño gesto que el niño le brinda. En los últimos tiempos simplemente se siente vacío.
Hay días que se le hacen más llevaderos y hasta a veces pareciera que se acostumbra a su soledad, pero lo cierto es que a cada instante se hace más dolorosa. Cuando se ha conocido la felicidad es difícil retornar al punto de partida. Recuerda su juventud, cuando no se sentía apegado a nadie y vivía sin ataduras de ningún tipo. Las cosas cambian totalmente cuando se ama, pero no lamenta el hecho de haber conocido el amor, pues en los momentos más oscuros es lo que lo ha mantenido a flote.
Observa la calle con aire de fastidio, pensando en que aún le queda un largo trayecto para llegar a casa. Allí nadie le espera, pero el panorama que tiene ante sus ojos se le hace difícil de soportar: los edificios adornados con luces centelleantes, la escalinata de la catedral cubierta de nochebuenas y más que nada las familias felices recorriendo la plaza. Todo le hace recordar lo que siente perdido.
Por un momento piensa en tomar un taxi y apurar su llegada, pero la lentitud del tráfico lo contraría y decide cortar camino por calles aledañas. Ahora el frío es más persistente, tal vez sea que en la quietud de esas calles oscuras haga falta un poco de calor humano. Frota sus manos tratando de calentarlas y ajusta su bufanda a fin de protegerse del aire gélido. En esa parte de la ciudad prolifera la suciedad y todo parece más triste. Ni siquiera la nieve logra hacer su magia. Más allá se escuchan risas escandalosas, frases pronunciadas al calor de las copas y es aquí en donde él habrá de enfrentarse a sus demonios.
A simple vista pareciera un hombre fuerte, alguien sin problemas y con una vida fácil. Será por la ropa elegante que lleva puesta, el traje que le exige la oficina y la pulcritud de su aspecto; pero muchas veces las apariencias son sólo eso y el alma no puede apreciarse en la envoltura. Ha pasado muchas noches en vela y en sus ojos resulta notorio el cansancio que lleva a cuestas.
Pasa de largo ante una cabina telefónica y se detiene de repente ante la idea de llamarlos. Regresa sobre sus pasos y en su mente se forman imágenes del reencuentro. En ese instante un miedo lo invade, lo paraliza y ni siquiera se atreve a marcar el número. Con el auricular en la mano se siente un cobarde, y tomando fuerzas de su enfado lo arroja y lo deja colgando en la cabina.
Desde donde se encuentra distingue un anuncio. Las letras rojas de un bar de mala muerte lo incitan a acercarse. Una invitación a un mundo desgraciadamente conocido, que lo llevó a un abismo y que lo ha mantenido lejos de sus seres queridos. Se acerca con paso vacilante. Una mujer en la entrada lo observa, en sus labios rojo carmín se dibuja una media sonrisa. Le dice que pase y él duda. Las salidas fáciles son con las que más a menudo tiene que pagarse un alto precio.
Comienza a sentir una sed implacable. Piensa en apaciguar el dolor que lleva dentro con un whisky. Una copa no hará diferencia, ¿o sí? Sujetándose de un poste da inicio a su lucha constante, la que lleva acabo cada día consigo mismo. Sus manos sudan al igual que su frente. Con la respiración entrecortada da un paso más hacia el bar. Casi se da por vencido cuando a sus oídos llega una melodía. ¿De dónde es que viene la música?, no lo sabe; pero deja que lo inunde, que lo calme y su frío corazón parece entibiarse.
 ¿Entras o no? le dice la mujer.
Esta noche no responde. Es Nochebuena.
Se aleja y deja atrás a sus demonios, y por primera vez en mucho tiempo se siente tranquilo. Las buenas decisiones están a punto de ser recompensadas.
Cuando arriba a casa cruza el camino de entrada con la cabeza gacha. No nota la luz que se filtra por una de las ventanas. Mete la llave en la cerradura de la puerta y escucha la risa de un niño en pleno juego. La mano con la que sujeta el picaporte tiembla y sus ojos se anegan de lágrimas. Abre con cautela y un niño corre a su encuentro. ¡Papá!, grita y él se aferra a su abrazo sintiéndose dichoso de tenerlo de nuevo.
Desde las escaleras que dan al segundo piso una mujer sigue atenta la escena. Lo observa algo asustada y es que aún hay heridas que tienen que sanar. Él la mira con una intensidad que la desarma y ella se acerca para hacerse partícipe del abrazo. Apenas él roza su mano le dice las palabras mágicas: Te amo.
Sentados junto a la ventana ven caer la nieve. Su hijo duerme en sus brazos y la mujer que ama se encuentra a su lado. Es una noche para perdonar, llena de nuevas oportunidades y él simplemente ha recibido el mejor de los regalos: ha recuperado a su familia.

¿Qué tal les pareció este relato? Pueden leer más de lo que escribo visitando TRAVESÍA LITERARIA.

11 comentarios:

  1. :) Escribes muy bien. La historia aunque es corta es muy linda y se ve que si estabas inspirada. Te felicito por tu relato.
    Abrazos!

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  2. Me gustan los finales felices. Es una historia, por desgracia, demasiado común en nuestros días, aunque en esta ocasión concediste al protagonista una nueva oportunidad.
    Un saludo y Feliz Navidad.
    ibso

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  3. me ha gustado mucho, es muy enternecedor y los finales felices me encantan

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  4. Li: Que bueno que decidiste escribir, pues nos pudiste deleitar con tu relato.
    El mundo del alcoholismo es siempre infernal y difícil de dejar, para quienes de enganchan en él.
    Bien dices: ¿Qué veríamos si se destapase el interior de las personas que pasan a nuestro lado o si ellas pudiesen ver nuestro interior?
    ¡Feliz año!,aún en contra del pesimismo que lo envuelve:Doña Ku (del Estado de México)

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  5. Que hermoso, me hiciste erizar la piel con ese final, te quedó estupendo. Felicidades. Te leo tarde pero seguro...

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  6. Muchas gracias por los comentarios, me da muchísimo gusto que les haya gustado el relato.
    Saludos a todos!!!

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  7. Bueno, más vale tarde que nunca. Espero que hayas tenido unas felices fiestas junto a los tuyos y unos hermosos reyes!!
    Me gustó mucho tu historia, un demonio muy común por estas épocas, una gran prueba de amor dificil de ser sorteada para el protagonista pero que pudo lograr!!

    Te deseo un gran año!!

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  8. A ver si aprovecha la oportunidad.

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  9. Muy padre tu relato acorde con las fechas; no lo habia podido leer pero mas vale tarde que nunca!!!
    No dejes de subir tu relatos!!!
    ATTE: ARY

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  10. MUY BUEN RELATO !!! SALUDOS

    ATTE: SILVANA

    BOLIVIA

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Gracias por comentar.